Con este Blog abro un camino de confluencia entre mis escritos literarios y los pedagógicos. El escritor y el maestro juntan sus voces para lanzar un mensaje alto y claro: Sí, es posible el pasaje hacia un mundo mejor... ¿Seguro? ¡Segurísimo! Ahora bien, desde ya te digo que no basta con querer creerlo, hay que creer... Creer en la filosofía de vida relatada en Goig o en la mostrada por la Escuela de la Alegría es un punto de arranque... Quizás no será el ideal, quizás tampoco el mejor, pero es necesario dibujar unas líneas en el horizonte si de verdad queremos partir hacia algo. Si no has leído nunca mis escritos seguramente te perderás ante mi seguridad. Si así es te convido a leerlos. Puedes hacerlo aquí o, si me lo requieres, te los mando por mail. Pero si ya eres lector/tora habitual entenderás muy bien hacia donde quiero ir... Y si en verdad piensas como yo te invito a quedarte... ¿Te gustaría ser ciudadano de Goig? Ya te explicaré como... ¿Para qué? Quien sabe, pero, ¿no dicen que la unión hace la fuerza? ¿Probamos? Sea cual sea tu opción mil gracias por tu visita y ya sabes: vuelve cuando quieras.

En la Tierra de Nunca Quizás. La Nación de Goig. EL VIDEO PROMOCIONAL

lunes, 1 de noviembre de 2010

Los caminos del corazon y el significado de amar...

PASAJE HACIA UN MUNDO MEJOR

EN LA TIERRA DE NUNCA QUIZÁS. LA NACIÓN DE GOIG (20)

Los caminos del corazón y el significado de amar...



3.2.10. Una crisis de vértigo: De cómo la necesidad de reescribir puede provocar un cambio de planes...

Si nos paramos a reflexionar cada despertar, el recibo de un nuevo día, nunca es igual. En ese abrir los ojos a la mañana se pueden dibujar tantas cosas... Desde luego muchas más que las que conlleva el simple descanso. Aquello que sabemos nos espera, lo que intuimos pasará, los sueños que pocas veces recordamos, las marcas del pasado más reciente, la historia, la voluntad de como debe escribirse el presente, las expectativas de futuro, ... Llega a ser tanto el equipaje que se embarca en cada instante que realmente nos es imposible ser conscientes de ello. Aunque quizás deberíamos... De la misma forma que nos lavamos la cara, nos duchamos y aseamos nuestro aspecto físico cada mañana deberíamos dedicar un tiempo a la higiene mental, a la pulcritud anímica.
Sin saber porqué ni pretender valorar el como Teresa se levantó de la cama con ese pensamiento, con esa extraña decisión. Mientras iba llevando a cabo el usual aseo matutino pasó revista a lo sucedido los últimos días y se centró especialmente en aquello que Raimon le dijo la noche anterior: “Tú estás ya desnuda y el baño está preparado. Quizás llegó la hora de terminar de limpiar las huellas, de regar extensamente tus sueños para que las pesadillas puedan desfilar por el desagüe. Mañana visitaremos la Biblioteca de Goig”
No quería analizarlo pero debía asimilar lo que sentía, no podía obviarlo. Esos días pasados en Goig resultaban una experiencia sublime, inolvidable. Hacía años que no se sentía tan bien, tan completa. Hacía décadas que no percibía esa paz interior que estaba acariciando su bienestar, su equilibrio, de una forma tan gloriosa. Pero debía reconocer que esas frases de Raimon la tenían inquieta, de alguna manera y sin saber porqué la asustaban. ¿Había llegado la hora de saltar? Entonces recordó las palabras de Pablo Malue: “A fronte a paecipitium, a terfo lupi... Y entonces lo vi claro: el precipicio no era tal, yo ya estaba en ese fondo… No debía saltar, no iba a caer,… Iba a escalar, a subir…” Era evidente que había estado escalando. En las palabras de Raimon, ¿ se escondía la constatación de que estaba llegando a la cima?
Teresa se sintió mareada. ¿Era vértigo? ¿Le sentó mal la cena? Fue al bañó y vomitó... Y devolvió... ¿Qué demonios estaba devolviendo? De repente sintió pánico y fue hacia la entrada de la casa. Allí comprobó que la puerta estuviera cerrada, Luego cerró la ventana. Pero, ¿qué estaba haciendo?
Entonces llamaron. Dios, Teresa quiso esconderse. Pero... Pero no podía, no quería. Abrió la puerta. Era Raimon, claro, con esa sonrisa de dulce de miel, con esa mirada de puré de confianza, con...
- Buenos días, cariño, ¿dormiste bien? –dijo “su hombre” al tiempo que entraba y la abrazaba.
- Sí, vida,
Pero Teresa no podía aplacar por más tiempo su angustia y unas primerizas lágrimas comenzaron a surgir, silenciosas, calmas, pero tan dolorosas... Raimon se enjuagó los labios con sendos besos en sus ojos mientras con una mano fingía secar sus mejillas acariciando tiernamente su tristeza. Teresa buscó su mirada, a él también se le había humedecido ese maravilloso cristalino que transparenta las emociones. ¿Empatía? ¿Pura sensibilidad? ¿Amor, quizás?
¿Por qué ese quizás? ¿Residía allí su angustia? Pero bueno, ¿¿cómo podía ser tan tontita?
Raimon se separó de Teresa y fue hacia el armario...
- Un “quizás” puede asustarte, pero un “jamás” puede matarte en vida – dijo en un tono muy suave, pensativo.
- ¿Qué haces? – preguntó Teresa.
- Sí, como pensaba. Aquí tienes una mochila. ¿Te puedes preparar un equipaje para 3 o 4 días? Aunque posiblemente no necesitarás mucho es mejor llevarlo.
- Pero... Pero, ¿no íbamos hoy a la Biblioteca?
- Íbamos, cariño, pero no te preocupes. Sabía que podía ocurrir lo que te está pasando y ya reservé, por si acaso, la Posada del Amor para hoy.
- ¿La Posada del Amor? – Teresa se sonrojó pues con su próxima pregunta quería asegurar aquello que tanto deseaba escuchar como respuesta - ¿Qué es eso?
- En Goig tenemos diferentes casas en lugares preciosos, paradisíacos diría. Son casas aisladas que ponemos a disposición de los enamorados para que puedan, ya sabes, cultivar, sembrar, gozar del primer fruto, descubrirse...
- ¿Hacer el amor? Descarado, ¿me estás invitando a fugarme contigo?

Raimon sonrió, se acercó a Teresa y la besó largamente en los labios mientras, rodeándola con los brazos y agarrándola por las nalgas, la apretaba fuertemente contra él . Luego se apartó y...
- Uf... Nos estoy convidando, ¿sabes? Lo que hoy te estaba pasando es muy normal. Ese miedo, ese pánico a meterte en el lago de los sueños no comenzará a apagarse hasta que vivas, y fíjate que no he dicho entiendas, que el agua tan anhelada no es una simple bebida para el alma. Esa agua es el verdadero elixir de la vida, la piedra filosofal que convierte los sueños en realidad.
- ¿Y todo eso lo descubriré haciendo el amor?
- No, vida, si percibes el “hacer el amor” simplemente como un acto placentero y realmente fantástico, pero un acto, al fin. Aquí nos gusta usar un sinónimo del verbo hacer: diseñar. El amor se hace, claro, se diseña, se construye, se proyecta... A eso iremos. Nuestro amor es aun un tierno bebé ávido de espacio y tiempo, hambriento y sediento de alimentarse en cuerpo, mente y alma. En Goig nos ofrecen un hogar, frente a una playa divina de arenas envolventes, frente a un mar llano y limpio dispuesto a bañar no sólo un abrazo deseoso, también una risa cómplice, una pregunta enfundada con duda o una respuesta inundada de esperanza... Nuestros cuerpos se encontrarán, seguro, y será maravilloso abrir ese cauce del deseo, el curso de la pasión por tenernos, del placer de sentirnos “uno”, pero esa increíble experiencia no pasara de inolvidable vivencia si no comprendemos que durante estos próximos días cada instante puede ser la batería de una semana, cada minuto la pila de un mes, cada hora el motor de un año, cada día la semilla de una vida.
- Bueno, pero, ¿haremos el amor también?
- No te burles, va. Tú sabes que sí: a todas horas, aquí y allá, dónde y cuando nos apetezca. Pero quiero que me entiendas, necesito que me comprendas. ¿Sabes? En “Nunca Jamás” existe una creencia muy extendida de que una pareja que tiene una vida sexual rica tiene el futuro asegurado. Craso error. Pues no será el amor duradero, la vida armónica y equilibrada de una pareja el resultado de disfrutar en la cama en calidad y en cantidad... Glups, que mal suena... Podría decirte que sería al revés sin equivocarme: un hombre y una mujer que se aman en todos los ámbitos que el amor conlleva desean hacer el amor y nunca renuncian a ello... Podría también decirte sin errar que el buen funcionamiento de las relaciones íntimas es un elemento importantísimo, vital, un elemento más de los muchos que estructuran la suma que finalmente se iguala al equilibrio de la pareja y a sus expectativas de un futuro próspero y eterno.

“Eterno”, esa palabra resonó de lleno en el corazón de Teresa. En verdad lo sintió como si quisiera salir, hasta el punto que puso su mano derecha encima como si quisiera atarlo. Raimon se dio cuenta pero no por ello calló:

- ¿Te has parado nunca a pensar en qué consiste tu sueño, tu ideal de vida en pareja? ¿Qué debería significar para ti el amor de y hacia un hombre? ¿Que deseas realmente de mí, de nosotros, de ti? ¿Qué quieres?
- ¿Que qué quiero? Son tantas cosas...
- ¿Podrías expresarlo?
- Así, de sopetón, no sé. Bueno, ¿qué quiero? Quiero, quiero...

Teresa buscó con la mirada en el aire, en su entorno, como si la respuesta residiera en algo material. Luego se encontró con los ojos de su amigo y allí sí, allí estaba aquello que en verdad precisaba: la confianza, la seguridad de ser escuchada, la paz interior para responder con sinceridad...

- Quiero aceptar la oportunidad de vivir un sueño, de amarte y conocer de cerca ese mágico ser humano que intuyo vive dentro de ti …Quiero vivir la aventura de descubrir cada poro de tu piel, recorrer tus sentidos, escucharte gemir, explorar tus fantasías haciéndolas reales una a una, besar tu cuerpo lentamente y despertar oliendo a ti.. Quiero viajar mas allá de tu ternura y abrazar a ese niño que muestras en cada gesto, hacerte bajar la guardia sabiendo que de nada te sirven ya tus defensas porque estas a salvo mientras el Amor te acompañe. Quiero saber que existe en tus secretos, romper junto a ti mí máscara, revelarte mis carencias, compartir nuestro dolor del pasado y mostrar uno a uno nuestros sentimientos más profundos. Quiero romper con mis miedos, desprenderme de mis corazas, ayudarte y que me ayudes a encontrar la esperanza… Recuperar de nuevo mis anhelos, hacerte recobrar tu alegría. Quiero sentirte en casa, abrazarte cuando llegas, cuidar de ti como mereces, cantarte al oído y en privado lo mucho que esperaba recibirte dentro de mi… Compartir mi humedad y que descubras la expresión de una mujer apasionada que te Ama como eres y se siente amada como es. Quiero pasar tardes enteras escuchando tus historias, contarte y que me cuentes. Quiero que te sientas confiado al mostrarme el libro de tu vida respetando tu intimidad, aceptando lo que quieras compartir y guardando confiado aquello que necesite algo más de tiempo. Quiero apoyar mi cabeza en tu pecho y dormir mientras escucho el latido de tu corazón. Que tu mano sostenga la mía y la mía a la vez te sirva de impulso cuando necesites apoyo y firmeza. Quiero recuperar mi inocencia, perseguir mariposas por el campo, observar atardeceres rojos, contar las estrellas del cielo, bailar junto a ti sin temor a perder el paso… Recuperar los besos que para mi escondes y darte cada uno de los que guardo desde que aun siendo niña te intuía. Quiero sentir tu infinita grandeza, olvidar el tiempo que te llevo esperando, saber que por fin existes… Quiero buscarte en mis sueños y vivir nuestra maravillosa historia absorbiendo cada página de nuestro libro dorado. Quiero vivir la vida a tu lado aceptándote tal cual eres, sin pretender modificarte, ofreciéndote el espacio donde puedas descubrirte sin miedos, donde te sientas confiado y libre. Quiero aprender a Amarte como nunca nadie jamás lo haya hecho, mostrarme desnuda ante ti como soy, sin adoptar identidades nacidas desde el miedo a ser abandonada. No manipular, ni mendigar nunca más el Amor porque por fin lo he encontrado. Quiero tener el privilegio de conocerte y que me conozcas…, poder expresar nuestros sentimientos sin temor a ser dañados o cambiados, compartir nuestra orilla descubriendo un mundo nuevo. Quiero creer en ti y que tu creas en mi…, intentar darte si acuse de recibo aquello que necesites recibir, aceptando de igual manera lo que me quieras ofrecer. Quiero sanarte cuando enfermes, apoyarte cuando te sientas débil, acariciarte cuando te sientas agotado, hacerte sonreír cuando te sientas triste, compartir tus fracasos, celebrar tus alegrías..., calentarte una taza de leche cuando no puedas dormir…, contarte cuentos si necesitas ser niño otra vez. Quiero aprender a llamarte cuando te necesito, llorar junto a ti sin esconderme cuando me sienta abatida y compartir contigo mis miedos cuando no me crea capaz. Quiero hacer de la rutina una aventura distinta, un instante mágico donde poder recrear nuestros sueños. Quiero saltar a tus brazos por un impulso infantil, sin tener que reprimirlo a pesar de que estés ocupado leyendo o viendo tu programa favorito en la televisión. Quiero que me des un beso mientras esperamos a que el semáforo se ponga en verde y que me lleves a la ultima fila del cine aunque luego jamás sepamos de que trataba la película. Quiero sentir tu presencia como una bendición y nuestro encuentro como un privilegio… Quiero que siempre sepas lo mucho que te valoro y admiro. Quiero ser paciente contigo y que tú lo seas conmigo. Quiero mostrarte mi capacidad de Amar y que me muestres y compartas con tus gestos y miradas el tesoro que llevas en tu interior Quiero no dejar nunca de amarme y que tampoco dejes tú de amarte a ti mismo…, quiero que aprendamos a amarnos mutuamente sin por ello tener que sacrificar parte de nosotros mismos. Quiero que te respetes y me respetes…, quiero respetarte y respetarme… Quiero que te sientas en libertad de ser tú en todo momento, que puedas expresar libremente tu alegría o tu ira, tu luz o tu oscuridad, tu escasez y tu abundancia…, tus miedos y tu coraje.. Quiero que no dejes de ser quien ya eres…, que seas siempre aquel que he conocido. Quiero que reconozcas mis limitaciones y que no me idealices ni me coloques en un pedestal… Permíteme ser como soy, con mis errores, con mis virtudes, maquillada y sin maquillar… Quiero, quiero..., te quiero, te amo, ¿lo sabes?
- Lo sé, Teresa, y yo a ti. Me has dejado anonadado, uf, ¿y no sabías qué querías?

Cuando las miradas de dos enamorados se encuentran se produce un silencio a la vez aquieto e inquieto. La dulce ternura se mezcla con la ácida pasión y resulta difícil evitar el sorbete de un beso. Luego, a veces, cuando el tiempo o la ocasión no permiten abrir las compuertas del embalse donde la fogosidad almacena sus primeras caricias, llega el suspiro...

- ¿Qué piensas, vida? – preguntó Teresa.
- Estoy muy emocionado. ¿Sabes? En tus palabras leía una declaración de amor con todas las de la ley. Y me mirabas, la dirigías a mí. Y... – Raimon se estremeció y volvió a suspirar- Y, me dieron ganas, ardí en deseos de responder, de oficializar nuestro amor con una rotunda y muy sentida confirmación: Sí, sí, sí... Sí quiero, a todo lo dicho, a toda ti...

Teresa agarró de las manos a Raimon...

- Hasta la eternidad, ¿sí?
- Hasta el confín de los tiempos.
- ¿Te he parecido muy exigente? – Teresa rió - ¿Un poco?
- Me ha parecido precioso. Emocional, muy íntimo y personal, con argumentos muy reivindicados con su repetición, pero hermoso, muy hermoso.
- ¿Repetición?
- No es una crítica, vida. A los que somos como nosotros, a aquellos que mantenemos ese sueño de amar y ser amados intacto en Nunca Jamás nos hacen sentir como “raros”. Durante toda la vida nos exigen adaptación. Debemos adaptarnos al modus operandi de una sociedad que tiene otras prioridades, cultivar actitudes que desearíamos rechazar, inscribir valores que sentimos como ajenos. Es triste decirlo, pero ahora mismo allí de donde venimos el Amor es algo más novelesco o cinematográfico que real. La gente se está rindiendo, vendió su vida a lo establecido y se limita a perfumar los sueños, entendiéndolos como quimeras inaccesibles. ¿Y entonces? En tus demandas insistías: aceptarnos tal como somos, no pretender cambiarnos, permitir la imperfección, ... Pero, ¿no te das cuenta de que me enamoré de ti aquí en Goig? ¿Crees sinceramente que no voy a aceptar aquello que me hechiza? Conozco tus miedos, lloraste en mis hombros, me voy dando cuenta de lo difícil que resulta de entrada llevarte la contraria, ... ¿Y? Yo también soy muy tozudo cuando defiendo algo... ¿Y? ¿Quién es perfecto? ¿Quién quiere serlo? Que horror...
- Tienes razón, contigo me he mostrado tal cual soy y quiero ser...
- Luego hay otro miedo muy arraigado: el miedo al fracaso, al abandono... Lo tenemos todos, de verdad. ¿Por qué ahora sí? ¿Qué garantías da el amor? Y si repasamos el pasado descubrimos que ninguna... Y entonces la percepción es, ¿cómo te lo diría? Usaré otra vez el agua. Es como si fuéramos a entrar en una piscina para nadar juntos, para nadar la vida hasta arrugarnos. Pero, ¿cómo sabemos que el agua no se va a enturbiar? ¿Quién nos asegura que el otro no marchará tras el primer top less sexi que pase por la vereda? ¿Qué certifica que cuando nos hallemos buceando en lo más hondo no se abrirá el desagüe y nos encontraremos tirados, en un fondo desierto y lleno de algas que nos aprisionan?
- Es terrible ese miedo, ¿verdad?
- Sí, pero debe vencerse. Pues si no compartimos de verdad el agua, si no nos metemos de lleno los dos y de la mano proyectamos un baño con futuro todas las expectativas apuntarán al fracaso.
- ¿Sabes? Contigo tengo la sensación de que sí puedo entrar de lleno en el agua. ¿Por qué?
- En tus numerosos “deseos” has dado muchas pistas de aquello que te puede ofrecer esa confianza. Fíjate, ahora que estamos solos te voy a mostrar una receta que bien podría cocinar la más excelsa tarta del amor de pareja.
- ¿Es un secreto? Mira que lo venderé... – Teresa rió con ganas.
- Me encanta cuando te burlas así, tan coquetamente, de mí. Uy, hoy te voy a comer a besos. ¡Mmmm! Lo decía, lo de estar solos, para no parecer pretencioso.
- Vale, te perdono, pero tú me comes, ¿eh? Ahora en serio, ¿me cuentas?
- Date cuenta de que la mayoría de cosas que te apuntaré venían implícitas en aquello que me has dicho quieres... Podría añadir más pero aquí en Goig creemos que hay 12 verbos clave para que el destino de una pareja pueda construirse con éxito: Enamorar, Ser, Estar, Compartir, Sostener, Confiar, Respetar, Admirar, Cuidar, Proyectar, Sorprender y Amar. Los explico uno a uno: Enamorar no sólo es la base del principio de una relación. Debemos aceptar que la naturaleza conlleva una relajación pasados los primeros tiempos pero no rendirnos a ella. Nunca hay que dejar de intentar enamorar a tu pareja. Ser, tú insististe mucho en ello: debemos respetar al otro tal cual es, no intentar cambiarlo, pero también nosotros debemos cuidar que aquella evolución lógica que a todos la vida nos invita a vivir no mate nunca la esencia de aquel ser que enamoró a la otra persona. Hay que entender que los cambios construyen dentro de la pareja, aunque sea en alturas o profundidades distintas, si no comportan tocar los cimientos. Estar, Dios, es que si no es imposible. Tantas y tantas parejas quieren mantener el matrimonio haciendo vidas totalmente separadas. ¿Cómo van a conseguirlo? Y cuidado con eso, ya que ese verbo implica más una percepción que una acción. No se trata de estar pegaditos, no. Tu presencia se sella con la historia y se hace fuerte si demuestras al otro que nunca te borrarás. Como dicen: “a las verdes y a las maduras”. Mira, yo que soy maestro te lo puedo asegurar: un vínculo afectivo rico y positivo no puede desarrollarse si no se consigue desde ambos lados asegurar esa percepción: Estoy y Estás. Compartir, ¿cómo no? Pero no sólo las cosas materiales, evidentemente, sobretodo los grandes proyectos, las vivencias buenas y malas que la vida nos aportará, los hijos, si los hay, las responsabilidades, las tareas obligadas, los esfuerzos y los beneficios... Casi nada, compartir una vida, que reto más apasionante. ¿Difícil? Sí, pero no tanto si los dos estamos dispuestos y juntos nos empeñamos en ello. Sostener, no sólo de niños precisamos que nos sostengan, y el amor conlleva una seguridad tanto para el que lo da como para el que lo recibe importantísima. Ese calor, el saber que alguien te espera, que alguien siempre está dispuesto a apoyarte, que..., tantas cosas... El poder construir un verdadero hogar juntos, una vida... ¿sabes? Un hombre puede ser multimillonario pero si carece de amor, si no se siente querido por nadie, tarde o temprano se hundirá, caerá. Confiar, uy, aquí hay que ir con mucho cuidado. En una relación de pareja nunca tiene cabida la mentira, pues si es vivida como una traición, y normalmente lo es, significa la ruptura, el exilio. Yo en eso soy muy tajante: ¿cómo voy a poder amarte si no puedo confiar en ti? Respetar, tú fuiste muy clara en eso. Respetar tu forma de ser, tus necesidades, tu espacio y tus tiempos, la diversidad de criterios o creencias, tus hobbies, tus... Los tuyos y yo mismo los míos, lo cual significa no renunciar sistemáticamente. Ese resulta quizás uno de los campos más difíciles, pues muchas veces hay que aprender a equilibrar cediendo ahora tú y ahora yo. Admirar, vida, me siento tan bien cuando me veo reflejado en tus ojos... ¡Me haces sentir tan importante! ¿He conseguido yo ofrecerte la misma sensación?
- Desde luego, me haces sentir bella en todos los sentidos. ¿Hay mejor vitamina?
- Y cuesta tan poco... En una mirada, en la rutina consolidada de una bienvenida y una despedida cariñosa, en la palabra amable, en el halago, en el agradecimiento, en la demostración tierna y en el deseo expresado, de tantas formas... Si la persona que te ama no demuestra su admiración hacia ti, si no te hace sentir ella importante, ¿quién lo hará? Luego... A ver, sí, Cuidar, ¿qué voy a decirte? Debo cuidarme por mí y para ti, cuidarte hasta el punto en que puedas sentirte muy mimada, cuidar conmigo y contigo de todo lo que comporta nuestra relación, cuidar el amor, regarlo... Si yo asumo ese desafío, si tú lo asumes por tu cuenta, si lo asumimos juntos, no crees que podemos sembrar un jardín muy lindo?
- El jardín del Edén, sin duda...
- Después es necesario Proyectar en tres dimensiones: la conjunta, nuestra vida, la tuya propia, que debes resguardar y potenciar, y la mía, lo mismo. Pretender renunciar a dos vidas para construir una sería como intentar interpretar una sinfonía sólo con instrumentos de cuerda. También de esto me hablaste, ¿verdad?
- Claro, y me tranquiliza no sabes cómo que estés de acuerdo...
- ¿No te aburro, cariño?
- Me encanta escucharte hablar del amor. Con cada palabra tuya enciendes una vela que ilumina más y más el sendero de una ilusión tanto tiempo apagada. ¿Terminaste?
- No, me quedan..., ¿dos? Sí, dos. El primero Sorprender. Sorprender, asombrar, improvisar, imaginar... No, tú acertaste con eso también, no hace falta mucho: un beso en el coche que no cesa con la luz verde, un despertar a medianoche para soñar dentro de ti, una ramo de flores silvestres un día cualquiera, una sonrisa, un silbido de admiración, un te amo susurrado en una reunión, ... Son tantas y tantas las cosas que se pueden hacer para mantener vivo el encanto... ¿No te parece?
- Sí, sorprender, compartir pequeñas aventuras, ser cómplices, bromear, reír, jugar... De eso se trata, ¿verdad? Y a nosotros se nos da bien, ¿no crees?
- Se nos da más que bien...
- Me lo paso tan bien contigo... ¿Siempre será así?
- ¿Y por qué no? ¿Vamos a dejar de ser y de relacionarnos como nos gusta y apetece?
- Verdad... ¿Por qué me estás contando todo esto? ¿Terminaste?
- Faltaba el último, pero no necesitar demasiados comentarios. Para seguir cultivando el amor hace falta...
- No dejar nunca de Amar...
- Claro. Y ahora te respondo a lo otro: ¿por qué te cuento...? Cielo, porqué hoy se va a producir el Encuentro. En pocos días se ha producido entre nosotros una simbiosis de almas que nos lleva a querer plantearnos algo maravilloso: iniciar una nueva vida juntos. ¿Por qué te cuento? Porqué lo necesitaba, primero, y porqué lo necesitabas, segundo... ¿Te encuentras mejor?
- Muchísimo mejor, de verdad.
- Cuando te he visto al llegar comprendí que la Biblioteca debía esperar. Llegó la hora de reescribir tu vivencia sobre el amor. Tan sólo así podrás acabar de verdad de vencer tus miedos. ¿Te apetece que marchemos ya?
- Me apetece. Voy a preparar la bolsa de viaje.
- De acuerdo, yo mientras me acerco a casa de Fito y Adriana y recojo la mía.

No hay comentarios:

EN LA TIERRA DE NUNCA JAMÁS. LA NACIÓN DE GOIG. Lee el libro online por capítulos.